NO ESCRIBO YO, ESCRIBE LO QUE QUEDA DE MÍ...

La conocí un verano, aunque ella siempre se disfrazaba de otoño, entre el humo de cigarrillos y el empalagoso olor del alcohol derramado.
Yo frecuentaba bares por el simple hecho de hacerlo. Recuerdo que empecé a beber  para celebrar algo, ahora lo hago siempre para olvidar.

Era guapa, demasiado guapa, de las que brillan. Y tan triste como la sombra de un mendigo.
Me miró un segundo en un cruce de miradas, quizás dos; aunque a mí me pareció una eternidad. Me hice viejo en su mirada.

Siempre pensé que era demasiado bella para algo tan vulgar, que hay flores que merecen más que un jardín. Algo así como la cima más alta de una montaña donde la belleza y la muerte se dan la mano.
Y pasó el tiempo, entre suspiros que duraban semanas, anhelos que duraban meses, sueños prolongados por años.

Y la tuve, brevemente…
Me echó el humo del cigarrillo a la cara y amé la niebla.
Me sonrió cómplice y amé los secretos que sus ojos susurraban.
Me besó y amé la vida. Siempre tuve la impresión que la cerveza sabía más dulce de sus labios.

Pero se marchó, sin más, como se marchan todas las cosas que amo en esta vida.

Y ahora me encuentro lamiendo mis propias cicatrices internas, las de esas mujeres que una vez decidieron que yo no valía otro beso.
Apenas la tuve y ya empiezo a echarla de menos.


Pero no soy yo, soy lo que queda de mí.


LOS MILAGROS TERMODINÁMICOS

-Son unos sucesos con unas posibilidades tan remotas de que lleguen a producirse que prácticamente resulta imposible que acaben dándose. Por ejemplo: que el oxígeno se transforme de manera espontánea en oro. Tengo muchas ganas de ver algo así.

Y aún y así, en cada apareamiento humano, mil millones de espermatozoides compiten para llegar a un solo óvulo. Multiplica esas posibilidades por las innumerables generaciones que ha habido de seres humanos, por la posibilidad de que tus antepasados vivieran, se conocieran, engedraran a ese hijo en concreto, a esa hija exactamente...hasta llegar a tu madre, que se enamora de un hombre al que tiene todas las razones del mundo para odiar, y de esa unión, de los miles de millones de niños que compiten para lograr fecundar el óvulo, fuiste tú, solo tú la que surgió. Destilar una forma tan específica a partir de tal caos de improbabilidades resulta tan difícil como que el aire se transforme en oro. El cenit de lo imposible. Un milagro termodinámico.

-Pero... si yo, si mi concepción es un milagro...¡Se podría decir eso mismo de cualquier persona del mundo!

-Si. De cualquier persona del mundo. Pero el planeta está tan lleno de gente, tan repleto de milagros, que acabamos considerándolos algo normal y olvidamos lo que son...Yo lo olvidé.
Contemplamos la tierra día tras día hasta que acaba convirtiéndose en un lugar al que consideramos monótono. Pero visto desde otra perspectiva, como si fuera algo nuevo, aún es capaz de asombrarnos.
Ven... Seca tus lágrimas, porque eres vida, algo mas excepcional que un quark, y mas impredecible de lo que Heisenberg soñó jamás: la arcilla en la que las fuerzas dan forma a todas las cosas dejan sus huellas de un modo mas claro.

Seca tus lágrimas... y volvamos a casa.