Y cuando estas solo, completamente solo...miras hacia atrás, ves un amasijo de recuerdos, retorcidos, con partes bellas, otras grotescamente raras...
Cuesta desenredarlos, cuesta ponerlos en orden... ¿Pero qué importa? ¿Acaso volverán?
Y miras al frente, engañando al llanto y si te lo propusieras...al mismísimo diablo. Porque es lo que queda, una turbia línea que marca una dirección, pero no un lugar.
Y así te haces mayor, caminando hacia no se sabe dónde, mirando la locura a tu alrededor e intentando encontrar un sitio que jamás existió y que al final tendrás que crear para sentirte parte de algo.
Y si soy sincero...estoy cansado, avanzo como un autómata, porque quizás sólo esté programado para ello...
Y la sensación de gritar hasta desgarrarme las cuerdas vocales crece exponencialmente.
Pero ni un grito, y mucho menos una lágrima, tendrán su existencia en este mundo real.
Puto paseo...a veces da ganas de vomitar.