DE PATOS Y LIBERTAD...

Es curioso lo que uno llega a aprender un día cualquiera...
Resulta que, charlando con mi señor padre por medio de su hacienda/terreno/hogar/zoológico, vemos como un pato silvestre revolotea con escasa gracia entre los olivos intentando llegar a un charco de fuera de la cancela. Con mas diversión que prisa, nos acercamos a el para evitar su apoteósica fuga. Minutos después mi padre trae unas tijeras y recorta medio dedo escaso las puntas de las alas de la intrépida ave.

Resultado: Adiós a los intentos de escape del anseriforme animal, como era lógico.
Lo curioso del caso es que después charlando con mi padre me entero que el pequeño recorte de las alas no impide al pato volar, solo le quita la seguridad al hacerlo; como si a uno de nosotros nos quitasen las primeras falanges de los dedos solo que sin causar daño al bicho. Es decir, intentar alguno a jugar una partida a la play sin esa parte de los dedos...costaría, verdad?

Toda esta historia viene a que dándole vueltas al asunto llegue a la conclusión que cuando alguien nos comenta que "nos han cortado las alas" empezamos a verlo como un imposible y algo definitivo; y quizás solo nos estén quitando la seguridad, quizás solo necesitemos esa fuerza de voluntad y valor para empezar a aletear y remontar el vuelo...y que quizás agarramos los barrotes de nuestras frustraciones e impedimentos con demasiada ligereza y fuerza.

La libertad humana, como las alas del pato, no es solo una pequeña punta, por mucho que se empeñen en cortarla.
Así que me he propuesto aprender a volar con mis alas magulladas, torpes y extrañas...pero no inservibles.


Solo me gustaría ver a ese pato de pecho azul y plumas brillantes por encima de mi cabeza...



"Mi profesión es ser libre."

George Sand (1804-1876) Escritora francesa.